El fin de la pobreza, el trabajo decente, el crecimiento económico y la reducción de las desigualdades son algunos de los principales retos sociales a los que nos enfrentamos, retos para los que las Empresas de Inserción trabajan a diario para conseguir un panorama económico y social más favorable promoviendo la inserción laboral.
Según los últimos datos disponibles, en España, el 25,3% de la población se encuentra en situación o riesgo de exclusión social (INE, 2019). Una de las principales formas de alcanzar la integración social es a través de la integración laboral, y esta es precisamente la misión y fin de las Empresas de Inserción (en adelante EIs).
Llamamos Empresa de Inserción a “aquella sociedad mercantil o sociedad cooperativa legalmente constituida que, debidamente calificada por los organismos autonómicos competentes en la materia, realice cualquier actividad económica de producción de bienes y servicios, cuyo objeto social tenga como fin la integración y formación sociolaboral de personas en situación de exclusión social como tránsito al empleo ordinario.”
La diversidad de los procesos, de las circunstancias personales y sociales y de las dinámicas del mercado de trabajo hacen que el empleo no sea igual de accesible para todas las personas. Ello conlleva que muchas de estas se encuentren en una situación, momentánea o permanente, de desventaja. El objetivo principal de estas empresas es, por tanto, mejorar la empleabilidad y conseguir la inserción socio-laboral de personas en situación o riesgo de exclusión social a través de un itinerario de inserción personalizado, de no más de tres años de duración. Ello suele materializarse tanto en formación como en un puesto de trabajo en la propria empresa con la finalidad de que adquieran la experiencia y las habilidades necesarias que les permitan el acceso a un empleo en el mercado ordinario al finalizar el itinerario.
Las Empresas de Inserción se diferencian, entre otras cosas, por el hecho de que hay puestos de trabajo no productivos especialmente dedicados a conciliar los intereses profesionales y los sociales con el fin de encontrar un equilibrio entre el desarrollo laboral y el personal. Se trata del Personal Técnico de Acompañamiento. El acompañamiento es la mediación entre situaciones y recursos sociales, formativos, de empleo, sanitarios, de vivienda y asistencia legal entre otros, para ofrecer y asegurar, el logro de la autonomía personal de los trabajadores de inserción, en tres dimensiones: personal, sociolaboral y profesional, a través de la adquisición de competencias.
Las Empresas de Inserción son un instrumento importante para la puesta en práctica de las políticas activas de empleo, ya que son empresas que, de manera autónoma y viable, realizan actividades de mercado en diferentes sectores, logrando la inclusión socio-laboral de personas en situación de desventaja. No en vano, en el año 2015, las EIs fueron declaradas entidades prestadoras de Servicios de Interés Económico General (SIEG) lo que supone, en primer lugar, que la administración pública pueda exigir a las empresas el cumplimiento de los fines y misión por los que se les reconoce dicha calificación. En segundo lugar, justifica determinadas ayudas y medidas de fomento para el impulso de estas entidades, en la medida que se les reconoce un sobrecoste en el desarrollo de su misión considerada como SIEG. Estas ayudas pueden consistir en subvenciones, posibilidad de acceso a créditos en condiciones favorables, beneficios fiscales o prestación de garantías por parte de la Administración a las entidades, entre otras medidas.
Dimensión de las Empresas de Inserción en España: Impacto económico-social y laboral
Las Empresas de Inserción, tipología de empresa que no deja de crecer, se agrupan en Asociaciones Empresariales autonómicas, todas ellas con personalidad jurídica propia. A su vez estas Asociaciones Empresariales se agrupan en la Federación de Asociaciones Empresariales de Empresas de Inserción (FAEDEI): una entidad sin ánimo de lucro, que nace a finales del año 2007 con la vocación de ser la representante única de las Empresas de Inserción en España y que actualmente la Federación agrupa a 12 asociaciones autonómicas.
Sus actividades se desarrollan principalmente en ámbito provincial ya que la mayoría de estas son entidades pegadas al territorio y con una vocación de desarrollo local inclusivo. Las Empresas de Inserción realizan actividades de mercado en todos los sectores productivos: agricultura, construcción, industria, pero sobre todo servicios. Algunos ejemplos son diseño y maquetación, tintorería y lavandería, mensajería, jardinería, limpieza, catering. A través de estas actividades económicas, las EIs crean puestos de trabajo. En 2019, las Empresas de Inserción de FAEDEI emplearon a 7.210 personas (3.499 mujeres y 3.711 hombres) de las cuales 4.360 (60,47%) eran personas trabajadoras en proceso de inserción.
La mayoría de las personas en proceso de inserción (60,53%) continúan y muy pocas (10,85%) abandonan el itinerario. Los resultados de inserción laboral son definitivamente positivos, ya que el 54,56% de las personas que finalizan su itinerario encuentran trabajo en el mercado laboral ordinario por cuenta ajena. El 10,97% se incorpora en la plantilla de la propia Empresa de Inserción y el 2,97% se atreve a emprender por cuenta propia. En total, el porcentaje de inserción laboral alcanza el 68,51%.
Las Empresas de Inserción se sostienen principalmente por la venta de sus productos y servicios ya que de los 143.951.815,42 €, la cuantía más alta, el 77,94%, procede de la venta de productos y servicios; el 19,41% proviene de ayudas de la Administración Pública; solamente el 0,87% procede de ayudas privadas y el 1,78% de otros ingresos de explotación.
El ahorro para las Administraciones Públicas
A esto hay que añadirle una serie de indicadores clave vinculados a la contribución que realizan las Empresas de Inserción a través de la contratación de los colectivos con más dificultades, que evidencian que las Administraciones Públicas reciben un retorno económico por la contratación de dichos colectivos y ahorran un gasto social consecuente. El retorno económico corresponde sencillamente al ingreso público que genera cada persona en situación de exclusión social cuando está contratada en una Empresa de Inserción (las aportaciones al erario público en concepto de cotizaciones a la Seguridad Social e impuestos). Este indicador pone de manifiesto, como se puede observar en la tabla siguiente, que las Administraciones Públicas reciben un retorno económico por la contratación de dichos colectivos de 8.977.822,08€.
El coste público ahorrado en gastos de protección social se estima teniendo en cuenta la cuantía media de las Rentas Mínimas de Inserción (463,05€/mensuales, de acuerdo con el informe sobre Rentas Mínimas de Inserción 2018 – últimos datos publicados – por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad). Multiplicada esta cantidad por doce meses por el número de Personas Trabajadoras de Inserción (PTI) que dejan de percibir Rentas Mínimas de Inserción (RMI) al ser contratadas en las Empresas de Inserción (1.486 PTI), se obtiene la cifra para 2019 de 8.257.107,6 € de ahorro total.
Sin embargo, es importante resaltar el intangible que supone para las Administraciones Públicas, para la sociedad en su conjunto y para estas mismas personas, su incorporación al mercado laboral y su inclusión social a través de un empleo. Esta es una cuestión muy difícil de cuantificar, pero engloba el beneficio directo en forma de cohesión social y otros indicadores indirectos como puede ser el consumo de las familias en rubros como la alimentación o el ocio, por poner dos ejemplos.
Contribución de las Empresas de Inserción a los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por Naciones Unidas
El fin de la pobreza y la exclusión social que buscan las Empresas de Inserción coincide con el primero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por Naciones Unidas, que identifican los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad y marcan la agenda global del próximo siglo. Para alcanzar dichos objetivos, el acceso a un trabajo ha demostrado ser el instrumento más eficaz, dada la centralidad del mismo en las sociedades actuales.
En este marco, las empresas pueden y deben contribuir a resolver los grandes desafíos a los que nos enfrentamos. La empresa, en la actualidad, es un agente de desarrollo sin el cual no se alcanzarán los ODS y en específico el Objetivo 8: trabajo decente y crecimiento económico, donde la empresa, tanto la ordinaria como la de inserción, es agente clave para lograr un crecimiento sostenible e inclusivo. Además, por sus características constitutivas las Empresas de Inserción garantizan la protección social de las personas en situación de riesgo y/o exclusión social procurando prevenir la pobreza, ofreciéndoles formación en el puesto de trabajo y un empleo digno, cumpliendo así con el Objetivo 1.
El Objetivo 4 propone garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje. FAEDEI, en 2018, ha promocionado la acreditación de la experiencia laboral de las personas en riesgo de exclusión de nuestras Empresas de Inserción y entidades sociales que las promueven, a través de una guía específica y el intercambio de experiencias de éxito: Acreditación de competencia profesionales – Guía para Empresas de Inserción. En relación al Objetivo 5 y al Objetivo 10 podemos asegurar que el compromiso con la Igualdad de género y la Reducción de las Desigualdades en general es muy acentuado ya que, casi el 50% de los puestos de trabajo que las EIs mantienen anualmente están ocupados por mujeres. Tanto como personal directivo, técnico como con contrato de inserción.
En cuanto al Objetivo 9: Construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación, podemos aportar que existen 16 centros de preparación para la reutilización gestionados por Empresas de Inserción, y así se fomenta una mayor estabilidad social consiguiendo ciudades más resistentes al cambio climático. Así mismo, las Empresas de Inserción promueven modalidades de consumo y producción sustentables, en línea con el Objetivo 7, 11, 12 y 13, empleando y fomentando el uso eficiente de los recursos y de la energía, contribuyendo así a la reducción, reutilización y reciclaje de grandes cantidades de materiales y a la creación de empleos verdes, justamente remunerados sin perder calidad en las condiciones laborales.
Por último, el desarrollo sostenible requiere alianzas entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil: Objetivo 17. FAEDEI mantiene alianzas con otras entidades como parte de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), de la Red de Inclusión Social (RIS) y otras redes como la European Network of Social Integration Enterprises (ENSIE).
En resumen, las Empresas de Inserción ofrecen bienes y servicios con un doble impacto: ayudan a resolver una necesidad social y/o medioambiental no cubierta o insuficiente generando puestos de trabajo para personas en riesgo de exclusión valiéndose de un modelo empresarial transformador, de alto impacto social, con rentabilidad económica y visión para nuestro entorno. Contribuyen de este modo al fortalecimiento de una Economía Social y Solidaria, a la construcción de un modelo de desarrollo local inclusivo e impulsan la cohesión social de nuestra sociedad. En un momento como el que estamos viviendo, de crisis sanitaria provocada por el COVID19, se hace más necesario poner en valor el cometido de las Empresas de Inserción para asegurar la igualdad de oportunidades a las personas que se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad.
El presente texto está basado en el Informe sobre el estado de las Empresas de Inserción 2020.